JUEGO
DEL DÍA

En Spitkiss, el amor es un asunto de lo más baboso.

Spitkiss

Historia de amor sin fronteras

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Cuando Cupido te alcanza con su flecha, lo más normal es que la cosa acabe con un intercambio de saliva. Para la estrella de Spitkiss eso sucede de manera literal. Dentro del cuerpo de Ymer, en sus diferentes órganos, viven los spitkissadores, unas pequeñas criaturitas que se pasan mensajes a través de las salivaciones.

Tu misión consiste en guiar a estas babas pegajosas moviendo tu dedo por la pantalla para marcar su trayectoria. El escupitajo sólo puede llegar hasta cierto punto, así que necesitarás intentarlo en varias ocasiones para conducirlo hasta su destino.

Encontrar el amor puede ser un asunto de lo más baboso.

Si chocas contra un moquillo flotante en medio del aire o si pegas contra la pared, tendrás una oportunidad más. Así que necesitas darte prisa, de lo contrario el escupitajo terminará por resbalar y caerse. Por suerte, cuando apuntas por segunda vez, todo se ralentiza, permitiéndote ajustar tu lanzamiento para que puedas atravesar los huecos más estrechos.

Tu burbuja de saliva tendrá que enfrentarse a un montón de peligros que quieren hacerla explotar. Tendrás que golpear las paredes que estén coloreadas para destruir la barrera correspondiente, o rebotar en superficies elásticas, puede que varias veces, para dar con la trayectoria correcta. Por si fuera poco, no pasará mucho tiempo hasta que te toque evitar a los enemigos que revolotean de un lado para otro de la pantalla. La verdad es que cogerle el truco es sorprendentemente complicado, pero ya sabes, las cosas del amor no suelen ser fáciles.

Puede que la idea suene un pelín asquerosa, aunque, en el fondo, Spitkiss es un simpático retrato del amor y de las complejidades que lo rodean en el que cada conjunto de niveles que superas compone un entrañable cómic sobre la riqueza de las relaciones. Es más difícil de lo que parece, pero eso demuestra que el amor siempre merece la pena.