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Historias que inspiran

Tres charlas TED para escuchar ahora mismo.

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Escuchar las experiencias y las opiniones de otras personas puede cambiar nuestra percepción, sensibilizarnos, abrirnos a adoptar ideas distintas, entender nuevas perspectivas y ayudarnos a conectar con nuestras propias vivencias. TED contiene miles de charlas impartidas por personas procedentes de todo tipo de ámbitos en las que se tratan temas que van de la ciencia a los cambios sociales o el desarrollo personal.

Estrena la app por todo lo alto con las charlas impartidas por estas tres inspiradoras personalidades: la icónica figura del tenis Billie Jean King, Ziauddin Yousafzai (padre de Malala) y la empresaria y Dama del Imperio Británico Stephanie Shirley. Todos los contenidos de TED se pueden ver con subtítulos, entra en la sección del perfil y ve a Ajustes > Idiomas > Idioma de los subtítulos.

Billie Jean King

No tengo ningún problema con no terminar lo empezado... el testigo pasa a la siguiente generación, y ellas construyen otro puente.

– Billie Jean King

En 1973, Billie Jean King (entonces número uno del mundo) se enfrentó al tenista Bobby Riggs en un partido que quedó para la posteridad como “la batalla de los sexos”. Ella tenía 29 años y él 55. El encuentro fue uno de los acontecimientos televisivos más vistos de todos los tiempos. King se impuso a Riggs en tres sets, y al hacerlo inmortalizó un momento histórico para el tenis profesional femenino.

En su charla TED, la tenista habla de su relevante papel en la fundación de la Asociación Femenina de Tenis (WTA) y en la campaña que al principio de la era de los Open reclamaba la equiparación de premios monetarios entre el tenis femenino y el masculino.

Gracias a los esfuerzos de King y de otras ocho tenistas, conocidas como las Original 9, la WTA cuenta actualmente con más de 1.650 jugadoras asociadas en todo el mundo.

“Era lo que soñábamos para las generaciones futuras, que cualquier chica del mundo, si era lo suficientemente buena, tuviera la oportunidad de competir”, dice King en su charla.

Ziauddin Yousafzai

Educar a una hija para que sea valiente consiste en no hacer ciertas cosas, no en lo contrario. Lo que yo hice fue no cortarle las alas.

– Ziauddin Yousafzai

Malala Yousafzai solo tenía 17 años cuando ganó el Premio Nobel de la Paz. En su charla TED, su padre, Ziauddin Yousafzai, explica las dificultades a las que tuvo que enfrentarse para criar a su hija en una sociedad que reprime a las mujeres, y habla de cómo la alentó a que defendiera el derecho a la educación de todas las niñas.

“Tengo cinco hermanas y ninguna de ellas pudo ir a la escuela. Pensé que aquello que mi padre no podía darles a sus hijas, a mis hermanas, era precisamente lo que yo debía intentar cambiar”, explica.

Yousafzai sabía que enviar a su hija a la escuela no estaría bien visto. Sin embargo, como explica en su charla, lo que quería era que Malala tuviera la oportunidad de explorar todo su potencial vital.

Stephanie Shirley

Yo ya había chocado con aquel techo de cristal demasiadas veces. Quería que las mujeres tuvieran oportunidades.

– Stephanie Shirley

Stephanie (Steve) Shirley llegó a Gran Bretaña en 1939 como niña refugiada y terminó convirtiéndose en una empresaria de éxito que, en los años 60, construiría un imperio tecnológico. El camino recorrido desde que pisó la isla completamente sola hasta conquistar la cima de los negocios la llevó a implantar nuevas prácticas laborales que cambiaron la relación del sector de la tecnología con las mujeres.

“No podía abrir una cuenta bancaria sin el permiso de mi marido. Las mujeres de mi generación lucharon por el derecho al trabajo y la igualdad salarial. Podía escribir software para la Bolsa de Londres, pero no podía trabajar allí. No podía conducir un autobús, ni pilotar un avión”, dice en su charla TED.

Shirley adoptó políticas laborales a favor de la mujer y contrató a estudiantes recién salidas de la universidad, implantando prácticas que en aquella época resultaban poco convencionales, como permitir las bajas por maternidad y facilitar la reincorporación de las empleadas después.

“Empecé a desafiar las convenciones de la época hasta el punto de cambiarme el nombre de Stephanie a Steve en mis cartas de presentación empresarial. Fue la manera de colarme en aquel mundillo antes de que se dieran cuenta de que aquel hombre era, en realidad, una mujer.”