Abbie's Farm - Cuentos 4+

El día ya declina y poco a poco llega la horas de que nuestros lindos pequeñitos vayan a la cama, pero, lamentablemente, muchas veces ellos no están de acuerdo.

¡La Granja de Abbie ayudará!

Deje que sus niños jueguen unos pocos minutos, preferiblemente justo antes de irse a dormir, a las actividades de un día en la granja con Abbie.

Los pequeños granjeros pueden decidir solos lo que quieren hacer.
Hay muchos animales en la granja que necesitan ser atendidos.
Muchos de ellos suelen tener frecuentemente hambre o sed.
El alimento para los animales crece en el jardín y el agua proviene de un pozo en el corral.

Su niño aprenderá jugando lo que tiene que dar de comer a los distintos animales.
Aunque no se les dé de comer o agua a los animales durante mucho tiempo, no pasa nada malo– también pueden cuidarse solos.

Cada actividad que se realiza en la granja “cuesta” una cierta cantidad de tiempo y, pasados unos pocos minutos, el tiempo se acaba.

Abbie se cansará y se irá a su habitación de forma automática, entonces ha llegado la horas de apagar rápidamente la luz e irse a dormir.

No se puede empezar la actividad de un día en la granja hasta 8 horas más tarde. (Si tienen más de un niño o hay que alimentar a un animal, los padres pueden acelerar el tiempo.)


En la granja de pueden visitar los siguientes lugares:

La pocilga:
Donde vive una familia de tres cerditos, que se revuelcan felices en el barro, mientras esperan que los acaricien y les den mucha comida.

El establo:
El caballo que ama Abbie vive ahí y le gusta que le presten atención de cualquier tipo.
También en el establo, el gato de la granja se dedica a intentar cazar ratones.
A pesar de que está el caballo y hay un gato, hay muchos ratones, que no se atrapan con facilidad.

El huerto:
Aquí se cultiva toda la comida para los animales de la Granja de Abbie – zanahorias, manzanas, coles, remolachas, maíz, hierba, fresas y otras cosas.
Después de que se recojan la fruta y otras cosechas, tarda un tiempo hasta que vuelven a crecer.

El pozo:
Es de este que Abbie extrae el agua para dársela a los animales.
Cada día se ven desafiados los poderes de la lógica y la deducción de los pequeños granjeros con las tareas de la granja: por ejemplo, para sacar el agua, tienen que encontrar primero el cubo e ir al pozo a sacarla.

El gallinero:
Tres gallinas se pasan el día cloqueando. De vez en cuando, ponen un huevo; pero solo si están bien alimentadas.
Abbie puede recoger los huevos y usarlos para hacer un pastel, por ejemplo.

El molino:
En los días soleados, Abbie seca en él la ropa. El viento que sopla en la pequeña colina no sirve solo para girar las aspas del molino.
En el molino, Abbie puede moler el maíz para hacer harina y luego usarla para hacer unos pasteles deliciosos.

El granero:
Las dos ovejas de la granja viven en él y retozan en el heno.
Siempre están a la espera de ver a Abbie, especialmente cuando viene a traerles comida.

El prado:
Una granja no sería una granja si no tuviese vacas. Hay dos que pastan todo el día en el prado.
Abbie puede ordeñar las vacas y luego usar la leche para algo que hornee, por ejemplo.
Al gato le encanta también beber la leche.

El cobertizo de las cabras:
La cabra no lleva mucho tiempo en la granja, pero ya ha hecho nuevos amigos– una mamá pato y sus patitos.
La cabra, la pata y los patitos siempre están dispuestos a que jueguen con ellos.

La cocina:
El fogón que está en la cocina de la granja es viejo, pero todavía funciona muy bien.
Si Abbie ha recogido todos los ingredientes, puede mezclarlos en la cocina y hornear una tarta deliciosa de manzanas o de fresas, lo que le aportará mucha energía y así podrá trabajar algo más ese día.

El dormitorio:
Después de un duro día de trabajo en la granja, cuando se ha cosechado la comida y alimentado a los animales, Abbie espera con ganas meterse en su cama confortable. ¡Rápido! Apaga la luz y disfruta de un merecido descanso.




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